Esta semana he estado convirtiendo ideas y bocetos en cuadros “marcados”.
Si hay una parte del proceso que considero realmente importante es la de marcar las obras. Y cuando digo “marcar”, me refiero a realizar el dibujo principal que definirá todos los espacios y las formas dentro del cuadro.
A veces utilizo carboncillo —que no es más que un trozo de madera carbonizada— y otras veces empleo un pincel mojado en un poquito de acuarela.
Lo cierto es que, si consigo transformar la idea y el boceto previo en un conjunto de marcas y líneas sólidas y bien definidas, en ese momento ya sé que el resultado va a ser bueno.
Esta semana estoy contento con el resultado.